Flujos migratorios y cambios demográficos influyen en la presencia de tuberculosis

Al mismo tiempo, cepas fármaco resistentes de la enfermedad hacen difícil su erradicación, especialmente en países con sistemas sanitarios menos desarrollados, explicó el académico de Ciencias de la Salud Sergio Wehinger.

Este 24 de marzo se conmemora en el mundo el Día de la Tuberculosis, enfermedad infecciosa, principalmente respiratoria, “que se transmite a través de la tos de quienes la padecen y su vía de ingreso es especialmente pulmonar, pero puede diseminarse por el cuerpo y afectar a otros organismos, aunque son los pulmones los primordialmente afectados”, detalló el director del Maííster en Ciencias Biomédicas de la UTalca, Sergio Wehinger.

La jornada creada por el Organización Mundial de la Salud (OMS), pretende erradicar la enfermedad, a la que califica de pandemia y que “sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más mortíferas del mundo” (www.paho.org).

La entidad agrega que los esfuerzos mundiales para combatirla redujeron los fallecimientos hacia el año 2000, “pero la pandemia de Covid19 y las desigualdades socioeconómicas, han revertido años de progreso”.

El lema 2023 es “¡Sí! ¡Podemos poner fin a la TB!”, para transmitir un mensaje de esperanza e instar a los Estados Miembros de la OMS a acelerar la implementación de nuevos tratamientos recomendados por la organización para la tuberculosis fármaco resistente.

Sobre esto último, Wehinger explicó que “al igual como ocurre con muchas bacterias y hongos, han aparecido cepas del bacilo de la tuberculosis resistentes a varios tipos de antibióticos que se utilizan en terapias convencionales, lo que tiene que ver con que mientras más contagios haya, más se multiplica el microorganismo y más posibilidades tiene de mutar y adquirir nuevas propiedades de resistencia. Lo mismo ocurre con el abuso de antibióticos”.

Según el académico de la Facultad de Ciencias de la Salud, “esta infección no sólo es importante en Chile sino también en el mundo, porque es una de las principales causas de muerte por infecciones. Según la fuente que se consulte, está entre la 10ª y la 13ª causa de muerte a nivel mundial. Pero entre las muertes por infección de microorganismos, el año 2021, fue la 2ª, solo superada por el Covid19. Se estima que más de 10 millones de personas la padecen, por lo que hay un programa mundial para tratar de disminuirla en un 80 a 90%, lo que se espera lograr al año 2030 o 2035. Se trata de un objetivo muy ambicioso, pero la idea es mejorar el diagnóstico y tratamiento de quienes la padecen”.

Entre sus síntomas, “provoca tos y mucosidad, muchas veces sanguinolenta. Una particularidad es que esta bacteria se encierra en unos nódulos o tubérculos (de ahí viene el nombre tuberculosis), producidos por la interacción de esta bacteria con los tejidos y el sistema inmunitario. Puede durar muchos años en una persona, o -dependiendo de sus defensas inmunitarias- matarla en días, semanas o pocos meses”, detalló el docente.

Sobre esto último recalcó que “esta enfermedad, desde el desarrollo de antibióticos y de la adopción de medidas higiénicas, se ha vuelto propia de países más vulnerables, no de países desarrollados, incluyendo Chile, donde años atrás los contagios estaban a la baja, pero con presencia alta en países de África, subsaharianos o de Centroamérica, con desarrollo sanitario por mejorar”.

LONGEVIDAD

Entonces -dijo Wehinger- una de las causas del aumento de la enfermedad en Chile o en países con buen sistema de salud, se asocia a la migración de personas que provienen de zonas más precarias, lo que va de la mano con el cambio demográfico que ha sufrido Chile en la última década.

“En ese sentido, si uno clasifica los grupos de riesgo, las personas más vulnerables a sufrir tuberculosis en Chile, entre los años 2016 y 2018, fueron las personas mayores con alguna enfermedad crónica y extranjeros que provienen de países más empobrecidos, como Haití y en menor medida, Perú y Bolivia”.

Un tercer grupo de riesgo son las personas que viven con VIH o SIDA, que elimina los linfocitos T citotóxicos del organismo, que son clave para tener una respuesta inmunitaria adecuada, “por lo tanto, con una reacción inmunitaria debilitada, la persona es mucho más susceptible a sufrir tuberculosis. Si uno se remonta a los años 80, cuando en EEUU y Europa la tuberculosis estaba casi desapareciendo o muy disminuida, tuvo un repunte con la aparición del VIH. Hoy con la existencia de tratamientos bastante exitosos contra este virus, se puede controlar mucho mejor esta vulnerabilidad, pero sigue siendo un grupo de importancia”.

Otros son las personas con enfermedades debilitantes como diabetes o con problemas de abuso de drogas o alcohol o personas en situación de calle.

A lo anterior, se suma “la mejor pesquisa de la enfermedad, entonces, pareciera que hay un aumento, pero no es así, no hay nuevos contagios, y en Chile estamos bastante avanzados en esto”.

Hay que recalcar –dijo el académico- que la llegada de extranjeros al país NO ha generado aumento de contagios en Chile, sino de la presencia de personas que la padecen, lo que implica un desafío sanitario, educacional y social.

Consultado por la reaparición polio o cólera, especialmente en Perú, Wehinger explicó que se debe esperar la misma explicación: los altos flujos migratorios aumentan la presencia de enfermedades disminuidas, aunque no necesariamente los contagios entre personas originarias del país que recibe a los migrantes.