Climaterio: Afamada actriz se dedica a hablar sobre menopausia para educar y derribar mitos
12 ABRIL 2024.- En los últimos meses la actriz norteamericana Halle Berry ha aparecido repetidamente en medios de comunicación hablando sobre un tema puntual de salud que la afectó recientemente y para el que no encontró muchas respuestas: el climaterio o perimenopausia. Conozca más detalles en la siguiente nota.
Halle Berry no sólo fue mal diagnosticada con un herpes que nunca tuvo, sino que además no encontró detalles sobre la etapa del climaterio que estaba atravesando a sus 54 años, lo que la impulsó a volverse una vocera del tema.
En enero presentó un sitio web sobre el tema, https://re-spin.com/, que busca orientar a otras mujeres.
“Durante los dos últimos años, me he visto cada vez más interesada en compartir mis propias experiencias con la menopausia para romper el estigma que todavía nos rodea… Es una fase esencial de la vida. Mi objetivo es capacitar a las mujeres para que adopten esta transición en forma natural”, explicó.
Consultada sobre este tema, la académica de la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la UTalca, Marjorie Medel Illanes, detalló que todo este proceso se llama climaterio y “se prolonga durante años, antes y después de la menopausia, como consecuencia del agotamiento ovárico, asociado a una disminución en la producción de estrógenos y que va acompañado de una serie de manifestaciones y cambios físicos, emocionales y sociales”.
La etapa más conocida del climaterio es la menopausia, que es el cese permanente de la menstruación. “Se produce la pérdida de la actividad folicular ovárica, transcurriendo 12 meses sin regla, en ausencia de cualquier causa patológica o fisiológica. Habitualmente, este cese de las reglas ocurre entre los 45 y 55 años”, dijo la profesional.
Los síntomas son bochornos (calor intenso, especialmente en la cara, con sudoración excesiva, enrojecimiento facial, palpitaciones y frío), cambios en el patrón de ciclos menstruales (al comienzo se acortan y luego se van alargando).
Alteración del sueño, dolor de cabeza o exacerbación de migrañas preexistentes, cambios de ánimo (mayor irritabilidad o aumento de la sensibilidad emocional), falta de concentración o memoria, dolores articulares y pérdida de deseo sexual.
Según Medel, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que el apoyo a la salud social, psicológica y física durante la transición menopáusica y tras la menopausia debería ser una parte integral de la atención en salud.
TRATAMIENTO
El manejo de la sintomatología -dijo Medel- es específico para cada caso. Sin embargo, se aplican cuestionarios para medir la calidad de vida relacionada con la salud o la gravedad de los síntomas, los cambios a lo largo del tiempo y los cambios antes y después de la terapia hormonal.
Finalmente, la profesional resaltó el llamado de la OMS, sobre la necesidad de educar a la población sobre la menopausia y dar a conocer mejor su repercusión en las mujeres, a nivel individual y social.
PROBLEMA SOCIAL
Consultada al respecto, la docente de Obstetricia UTalca, Alicia Parada Navarro, explicó que las mujeres perimenopausicas independiente de la regularidad de sus sangrados, y posmenopáusicas con síntomas vasomotores, presentan ansiedad, depresión, síntomas somáticos como insomnio, sexualidad deprimida, y molestias atróficas urogenitales, causando significativo deterioro de su calidad de vida.
Sobre esto último, Parada explicó que la menopausia tiene además significación cultural. Algunas comunidades o personas todavía valoran a la mujer en función de su potencial reproductivo, lo que puede cambiar ante la pérdida de la fertilidad y el avance del envejecimiento. En esos casos, la menopausia podría producir sentimientos de minusvalía, desmotivación, desadaptación o sentimientos de culpa.
A eso hay que sumarle que “las mujeres siguen siendo responsables del cuidado de los hijos y de las tareas domésticas, independientemente de su posición en el mundo laboral. Estas responsabilidades son fuente de sobrecarga, conflicto y estrés, afectando la salud de la mujer”.
Entonces, “es una etapa caracterizada por importantes cambios de roles para las mujeres, que son vividos de distinta manera por cada una de ellas. Además, la estructura familiar puede cambiar en esa etapa de la vida, pudiendo afectar a la pareja con desencantamiento, o la relación con los hijos por metas cumplidas, sentimientos de nido vacío o nuevas tareas como abuela”.
Finalmente, Parada detalló que estos cambios producir carencias afectivas o ser fuentes de ansiedad. “También podrían aparecer dificultades sociales por aislamiento, dedicación excesiva al trabajo o a la familia, concentración de múltiples funciones, atendiendo insuficientemente o postergando los cuidados personales”.
Como estrategia de autocuidado se promueve que las mujeres se mantengan activas socialmente, mantengan sus redes de apoyo, desarrollen proyectos o actividades que reorienten el sentido de la etapa no reproductiva.