Enfermedades cardiovasculares representan un 28% de mortalidad en el país
21 AGOSTO 2025.- La prevención es primordial, dicen profesionales de la Facultad de Ciencias de la Salud UTalca, especialmente el ejercicio físico regular y los controles de salud habituales. El envejecimiento acelerado de la población también contribuye a esta cifra.
Chile celebra en agosto de cada año el Mes del Corazón, para promover el cuidado de este órgano vital, ya que, lamentablemente, las enfermedades cardiovasculares “históricamente, han sido son la principal causa de mortalidad en nuestro país, indicó el investigador postdoctoral de la Dirección de Investigación UTalca, Diego Arauna.
Arauna, quien además es investigador del Centro de Investigación en Trombosis y Envejecimiento Saludable (CITES) y del Centro de Longevidad VITALIS (ambos de la Facultad de Ciencias de la Salud UTalca), explicó que “en 2024, un 28% de las muertes registradas ese año se debieron a tres enfermedades protagonistas: enfermedad coronaria, accidente cerebro vascular y la insuficiencia cardiaca”.
En general, agregó, “las enfermedades cardiovasculares son un desafío en cuanto a su diagnóstico y prevención, ya que la ausencia de síntomas no representa que tengamos un sistema cardiovascular sano y el diagnóstico se realiza de manera tardía”, precisó el investigador.
“El alza de esta cifra corresponde al envejecimiento acelerado de la población chilena, a la alta prevalencia de factores de riesgo vascular y a la aparición de síndromes geriátricos emergentes como la fragilidad”.
Los factores de riesgo –dijo- “pueden ser modificables o no modificables. Estos últimos son los que están fuera de nuestro control, como la edad, el sexo y los antecedentes familiares”.
Al contrario, los modificables, “son el principal foco de nuestra atención a nivel de salud. Se trata del tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, hipertensión arterial, colesterol y/o triglicéridos altos, obesidad, diabetes no controlada, sedentarismo y mal manejo del estrés”, indicó Arauna.
“Lo mejor es prevenir y tener hábitos de vida saludable, como el ejercicio físico regular, dieta balanceada baja en azúcar y sal. Y recientemente se ha resaltado la importancia de un buen manejo del estrés. Lo exámenes preventivos también son primordiales, así como evitar el síndrome de fragilidad en las personas mayores. Alrededor de un 20% de los y las maulinas lo presentan”.
FRAGILIDAD
Todas las personas mayores pueden padecer síndrome de fragilidad, que es la pérdida progresiva de nuestras capacidades físicas y mentales, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la trombosis, y empeora la tasa de éxito de los tratamientos, explicó el investigador.
Agregó que se asocia al “peor funcionamiento de venas, arterias y corazón, principalmente por problemas de hemostasia, estrés oxidativo e inflamación. Según la evidencia científica, el ejercicio físico regular es la mejor herramienta para prevenir la fragilidad y las enfermedades del corazón”, puntualizó.
RECOMENDACIONES
La directora de la Escuela de Enfermería UTalca, Claudia Zenteno Cáceres, entregó algunos consejos para mantener un corazón saludable.
Actividad física diaria: Idealmente realizar al menos 150 minutos semanales de ejercicio moderado (caminar rápido, bicicleta suave) o 75 minutos semanales de ejercicio vigoroso (trotar, nadar rápido). “Lo más fácil de recordar: 30 minutos al día, 5 veces por semana. Se puede dividir en sesiones cortas de 10–15 minutos, si no puedes hacer todo de una vez” explicó.
Además, agregó, “si trabajas en escritorio: Levantarse cada 45–60 minutos para caminar o estirarte 2–5 minutos. Aprovechar pausas para subir escaleras, dar una vuelta al pasillo o hacer 20–30 sentadillas suaves. También puedes hacer ejercicios sentado: mover tobillos en círculos, estirar brazos y espalda”.
Alimentación saludable: Comer más frutas, verduras, legumbres, frutos secos y pescado. Reducir sal, azúcar y grasas saturadas (frituras, embutidos, pastelería industrial). “Preferir grasas saludables (aceite de oliva, palta, nueces) y mantenerse hidratado (agua como bebida principal)”.
Salud mental y corazón: “La salud mental sí influye mucho en el corazón. El estrés crónico, la ansiedad o la depresión pueden aumentar la presión arterial y elevar hormonas como el cortisol y la adrenalina, que sobrecargan el corazón”, explicó la académica, “y/o favorecer hábitos poco saludables (comer en exceso, fumar, sedentarismo)”.
Para reducir el estrés, Zenteno aconsejó realizar una respiración profunda: inhalar por 4 segundos, mantener 4, exhalar en 6 a 8; hacer pausas cortas para desconectar del trabajo, dormir idealmente 7 a 8 horas diariamente; practicar actividades relajantes (música, caminar, yoga, hobbies) y mantener contacto social y apoyo emocional.
Acudir a controles médicos: Finalmente, la profesional recalcó la necesidad de controlar la presión arterial, colesterol y glicemia al menos 1 vez al año y consultar al médico si hay antecedentes familiares de problemas cardíacos.
